Anarquia en la escuela




El anarquismo es la corriente filosófica y la ideología y movimiento político que promueve la autonomía e igualdad de cada persona y su organización social directa, por lo que llama a la oposición y abolición de todas las relaciones de dominación del ser humano por parte de sus congéneres, al considerar éstas indeseables, innecesarias y nocivas.[1] La palabra anarquía deriva del prefijo griego αν (an) [no], y la raíz del verbo αρχω (arkho), [jefe].

Exige realizar anarquía, entendida como ejercicio del poder y autonomía de cada individuo y la cooperación mutua entre estos, configurando asociaciones voluntarias e igualitarias en base a contratos libres y democracia directa. Existen varios métodos propuestos para concretar estos puntos, siempre usando medios coherentes con los resultados pretendidos, como pueden ser el desarrollo de la empresa autogestionada, el distrito autogobernado y la acción directa.

Existen múltiples definiciones de anarquismo en los diccionarios y enciclopedias, coincidiendo la mayoría de las veces en lo básico y a veces diferenciándose ligeramente en ciertas apreciaciones particulares, estas definiciones unas veces son muy elementales otras demasiado complejas. De todas formas los principios básicos suelen ser los mismos, fundamentados en el poder directo de las personas sobre sus vidas.
Se puede decir que la definición constante es que es el punto de vista y praxis donde prima la autoorganización en varios sentidos, se incluyen puntos en común como afirmación diferentes métodos para dar pleno ejercicio a la soberanía e iniciativa personal[2] , y diferentes modos de lograr una sociedad voluntaria de asociaciones igualitarias en poder, equidad, participación directa y decisiones tomadas en acuerdo, gestión directa y activa de las actividades humanas, autonomía local y federalismo, asociación y cooperación voluntaria, entre otras.
Los anarquistas defienden la legitimidad de todo pacto libre y el derecho a la libre asociación entre personas adultas en igualdad de derechos y obligaciones, considerándolo un acuerdo legítimo que debe ser respetado tanto por las partes como por terceros. Por tanto rechazan la injerencia ajena y superior, es decir la autoridad, incluye todas las de tipo coercitiva (jérárquica), permanentes, inconsultas, injustificables por sí mismas y externas, sean en manifestaciones políticas (e.g. Estado), económicas (e.g. capitalismo), religiosas (e.g. Iglesia), culturales (e.g. patriarcado) o cualquier forma de opresión y explotación.
De la misma forma, los anarquistas pretenden abolir todo tipo de tratados o normas impuestas (es decir, aquellas que se establezcan por imposición y sin la aprobación, mediante consenso, de todos los ciudadanos), así como sus principales herramientas de coerción y violencia, para conseguir acabar con los diversos tipos de dominación del ser humano por sus congéneres. Se oponen también a cualquier tipo de explotación económica u opresión política y además busca eliminar toda forma de centralización innecesaria.

Con movimientos precursores desde la antigüedad, el anarquismo se desarrolla finalmente en el siglo XIX[4] a través de distintas escuelas, dándose algunas de las experiencias libertarias más significativas a lo largo del siglo XX, convirtiéndose desde entonces en un movimiento continuamente insertado en multitud de temas contemporáneos. De esta forma y ante la hegemonía de la globalización neoliberal y la caída de los estados socialistas, el anarquismo se presenta en el siglo XXI como una alternativa socialista libertaria para la existencia y la resistencia política, económica y cultural y para una profunda transformación social.
Los libertarios han manifestado que realmente las ideas anarquistas han estado desde siempre presentes en la humanidad,[6] incluso han visto en la cooperación y la ayuda mutua entre los individuos cualidades connaturales a la naturaleza humana,[7] de ahí que a veces se mencione la expresión anarquismo moderno para nombrar a las teorías que se desarrollan en el siglo XIX.

Las raíces filosóficas del anarquismo moderno se hunden en el Renacimiento y la Ilustración. En el Renacimiento, con ocasión de la Reforma se desarrollaron las bases de libre examen y el pensamiento crítico, [8] además de surgir el humanismo con características como el antropocentrismo frente al teocentrismo de la época anterior, el pacifismo y el optimismo. Con la Ilustración, llegarán los conceptos del racionalismo, el idealismo y el individualismo, así como la búsqueda de un sistema social y político basado en las ideas de la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Anticipando el desarrollo del anarquismo en otros campos que superan lo ideológico, y como respuesta al excesivo racionalismo y a la misma Ilustración, surge el Romanticismo a finales del siglo XVIII enfocándose en la subversión cultural y el regreso a la creatividad como facultad primordial del ser humano que lo lleva a destruir todas las demás cadenas. El desarrollo del socialismo utópico y el entorno filosófico de los primeros teóricos anarquistas propiamente modernos está influenciado por los románticos. Luego han existido otras influencias recíprocas desde perspectivas naturalistas, positivistas, vitalistas, existencialistas, post-estructuralistas, entre otras
El primer uso conocido de la palabra anarquía aparece en la obra Los siete contra Tebas (467 adC) de Esquilo. Los anabaptistas del siglo XVI en Europa son a veces considerados como los precursores religiosos del anarquismo moderno. Otro precursor del anarquismo moderno es Gerrard Winstanley, quien publicó un panfleto llamando por la propiedad comunal y social y una organización económica forjada a partir de pequeñas comunidades agrícolas en el siglo XVII. Los socialistas utópicos así como formas radicalizadas del liberalismo también han sido considerados precursores del anarquismo moderno.

En 1793, William Godwin publicó Una pregunta acerca de la justicia política, en el cual presentaba su visión de una sociedad libre además de una crítica del gobierno. Algunos consideran este texto como el primer tratado anarquista, llamando a Godwin el fundador del anarquismo filosófico.

Pierre-Joseph Proudhon fue el primer individuo en denominarse a sí mismo anarquista[9] , motivo por el cual es considerado por algunos como el fundador de las teorías anarquistas modernas. Proudhon abogaba por una economía de mercado no opresiva donde los individuos intercambiaran los productos de sus propios trabajos. El valor de intercambio de los bienes dentro de tal economía sería determinada por la cantidad de trabajo invertido en su producción.
Hacia mediados del siglo XIX los principios anarquistas se expandieron por Europa de una forma significativa, provocando las primeras grandes discusiones en la Primera Internacional entre Karl Marx y Mijaíl Bakunin, propiciando el distanciamiento entre anarquistas y marxistas. Con las fuertes emigraciones europeas hacia los países americanos, el anarquismo se expandió también por ese continente. En Europa el mutualismo dio paso al anarquismo colectivista y éste más tarde al anarcosindicalismo. Entonces se empezaron a dar discusiones entre anarquistas colectivistas y comunistas libertarios. El anarcosindicalismo fue influido por el sindicalismo revolucionario.

En Estados Unidos prendió el anarquismo individualista con Josiah Warren, Benjamin Tucker o Henry David Thoreau, aunque hacia finales de siglo con la inmigración europea el anarcosindicalismo también cobró importancia, teniendo lugar la famosa huelga por la jornada laboral de ocho horas del 1 de mayo de 1886 que llevó tres días más tarde a la Revuelta de Haymarket, escalera de acontecimientos que dio origen a la actual celebración del 1 de mayo como Día Internacional de los Trabajadores. En Latinoamérica el anarquismo fue la ideología predominante del movimiento obrero regional y bajo la que éste se organizó conscientemente como fuerza social naciente[10] , destacado es el caso de la FORA, fundada en 1905 la mayor sindical latinoamericana durante las tres primeras décadas del siglo XX. Posteriormente el anarquismo se desarrolló con el aporte de los europeos Piotr Kropotkin y Errico Malatesta entre otros. Destacado por su aporte al feminismo, adelantándose décadas a las temáticas que éste abordaría, y por su visión ecléctica del anarquismo fue Emma Goldman.

El siglo XX conoció algunas revoluciones anarquistas como la mexicana, la ucraniana o la española. En esta última, se dio en Aragón y Cataluña una de las más importantes experiencias libertarias de todos los tiempos cuando se formaron multitud de colectividades que fueron suprimidas luego por la acción de las autoridades republicanas españolas.


En los últimos años del siglo XX y primeros del siglo XXI, el levantamiento zapatista (1994), la batalla de Seattle (1999), la expansión del movimiento de okupaciones y del movimiento de ecoaldeas principalmente por Europa y Norteamérica, colectivos que promueven el ciclismo urbano, la distribución y el uso del software libre y el desarollo de la Web 2.0, la difusión del conocimiento libre, la energía verde y el desarrollo sostenible, o el desarrollo de la economía social y el comercio justo, el argentinazo (2001-2002) con sus asambleas barriales y fábricas recuperadas, el conflicto magisterial de Oaxaca con sus asambleas populares, las movilizaciones estudiantiles chilenas y las universitarias francesas en Paris (las tres en el año 2006), son considerados fenómenos en los que las influencias libertarias
Entre el anarquismo utilitarista de William Godwin, el mutualismo de Pierre-Joseph Proudhon, el egoísmo ético de Max Stirner, el colectivismo de Mijaíl Bakunin, el individualismo radical de Benjamin Tucker, el comunismo libertario de Piotr Kropotkin o el anarquismo voluntarista de Errico Malatesta, las escuelas del pensamiento anarquista en la filosofía política y económica son variadas.
Coinciden en lo básico pero con varios puntos de vista diferentes de lo que una asociación autogobernada debería ser. Cada una de estas escuelas o tendencias tiene su propia identidad política dependiendo de su enfoque y propuesta, cosa que no necesariamente significa que estén enfrentadas entre sí, incluso pueden complementarse entre ellas.
Los anarquistas han pensado cómo puede llevarse la organización del día a día en un régimen de autogobierno. Están enfocados en que este régimen de convivencia maximice soberanía personal y minimice dependencia de unos sobre otros, desarrollando una interdependencia satisfactoria en que cada uno pueda llevar una vida plena. Estos modelos asociativos, entre comerciales y no lucrativos (clubes, empresas, sindicatos, localidades), están basados en el principio igualitario de que cada asociado se represente sólo a sí mismo ante su organización, donde rige una normativa directamente negociada por ellos, partiendo de conceptos como: autonomía, derecho conmutativo, democracia directa y autodefensa.

De la misma forma, se han propuesto varios modelos económicos que buscan crear una economía de propietarios cuya aplicación puede ser tan amplia que van desde la defensa de aquella propiedad privada obtenida sin coacción ni fraude hasta la transformación de la propiedad privada convencional por modelos colaborativos de producción y tenencia de bienes. Normalmente sea cual sea el modelo propuesto están basados en el principio de que la propiedad efectiva y legítima esté en poder de quien la trabaja y en el respeto al derecho ajeno, sea por medio de la propiedad particular y/o de la propiedad asociada, dando especial énfasis al desarrollo de la empresa de autogestión. Es recomendable que tanto asociaciones políticas como económicas tengan una coordinación de carácter distrital.
El anarquismo se encuentra en la cultura popular en numerosas expresiones, entre ellas es fácilmente reconocible la que está representada por personas famosas o también por grupos musicales que públicamente se han identificado como anarquistas. Aunque algunos anarquistas rechazan el fijarse en tales individuos famosos por ser un poco elitista, las siguientes figuras son ejemplos prominentes de autoconsiderados anarquistas:


El profesor de lingüística del MIT Noam Chomsky
La escritora de ciencia ficción Ursula K. Le Guin
El historiador social Howard Zinn
El historiador social Osvaldo Bayer
El sociólogo y filósofo Manuel Castells
El guionista de comics Alan Moore
El fotógrafo profesional Henri Cartier-Bresson
El filósofo de la ciencia Paul Feyerabend
El actor y cineasta Fernando Fernán Gómez




En principio, el anarquismo como movimiento se ha caracterizado por cuestionar el purismo ideológico y táctico, debido a que la anarquía es considerada un hecho; por tanto, es la vida la que se lleva a la teoría y no al revés, siendo la ideología anarquista sólo una herramienta de los seres humanos. También suele ser despreciada la incoherencia entre pensamiento y acción, porque en el pensamiento anarquista los hechos son similares a su efecto. Por tanto, la crítica interna gira principalmente alrededor de estos dos temas: hacia aquellos grupos cerrados o sectarios en sus apreciaciones o a los que son incoherentes en sus actos. Se considera que caen en los mismos errores que lo que se quiere combatir.

También existe abundante análisis y crítica sobre las carencias y los aspectos a mejorar en lo teórico, en el discurso y la estrategia, además de las observaciones hechas mutuamente entre sectores anarquistas de diferentes escuelas acerca de lo libertario y la viabilidad de sus propuestas. Esto por el lado de la autocrítica anarquista hacia su propio movimiento con fines constructivos.

La palabra anarquía deriva del prefijo griego αν (an), no y la raíz del verbo αρχω (arkho), jefe. Puede traducirse, pues, por «sin jefe». Designa una situación política o social en la que ningún individuo ejerce poder coactivo o autoridad alguna sobre otros. Las connotaciones de la palabra varían drásticamente según se considere esta ausencia de autoridad: bien como un orden libre deseable, bien como un caos a evitar.

Es definida en su sentido positivo y político, denominado en ocasiones anarquía positiva, como una situación humana de autoorganización estable y consciente. Es entonces la forma de vida política basada en el respeto mutuo de las libertades individuales y en la cooperación voluntaria, por lo que este modelo social consiste en la asociación igualitaria en poder de individuos libremente organizados, ya que se representan a sí mismos. La anarquía no se considera en sí un estadio pasado o futuro sino un modelo o criterio vigente para establecer asociaciones o formas de relaciones humanas directamente organizadas. Históricamente, la tendencia a la anarquía como objetivo político se ha expresado a través del anarquismo.

Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/Anarquismo