Parque general San Martín


Historia:

A fines del siglo XIX, luego del terremoto de 1861, Mendoza se encontraba con graves problemas sanitarios (epidemias de difteria, cólera y sarampión) y aluvionales (inundaciones).

En el proceso de la construcción de la nueva ciudad, la penitenciaría había quedado ubicada dentro de los límites de la misma (en donde hoy se encuentra el Plaza Hotel), lo que también significó otro factor negativo, que necesitaba urgente solución. En 1895, bajo el gobierno de Moyano, Emilio Civit, Ministro de Obras y Servicios Públicos, promueve la ley número 3 para poblar el Oeste.

En ella los objetivos fundamentales eran la reubicación de la Penitenciaría, la defensa aluvional a través de la forestación y la problemática sanitaria.

Con este fin se contrató al médico higienista Emilio Coni, con el cargo de Director de Salubridad, quien al cabo de seis meses edita una obra sobre las posibles soluciones sanitarias. El 6 de noviembre de 1896 se dicta la ley número 19, que es la norma de creación del Parque del Oeste. Se contrato al Paisajista francés Carlos Thays,, autor de otros importantes parques en Argentina (Parque 9 de julio, Parque Sarmiento, Jardín Botánico, Parque Nahuel Huapi) para proyectar el Parque del Oeste. Los parques y jardines diseñados por Thays ofrecen una amplia gama de variantes en las que predominan las formas curvas y elípticas y un ordenamiento espacial dinámico, rico en perspectivas, asimetrías, con poca rigidez. En ellos se ligan de modo particular la tradición francesa y la inglesa que tan acertadamente había sintetizado la jardinería del Siglo XIX.

El 11 de noviembre de 1896 se presentan los planos del Parque, cuyos límites eran: al Este, el canal Jarillal (calle Bolougne Sur Mer); al Oeste, el canal del Oeste (el cual fue modificado para riego); al Norte, la calle Unión (actual Avda. Emilio Civit); y al Sur, el Hipódromo Andino (Hipódromo del Jockey Club, Hospital Lencinas, etc.).

El proyecto original de Thays abarcaba 329 ha. forestadas y reservaba 70 ha. adicionales para quintas (lo que confirma el propósito elitista del Parque).

El Agrónomo Domingo Barrera es el responsable de ejecutar los planos de Thays, trazando caminos, emparejando y limpiando el terreno, creando viveros, delimitando sectores y acequias. Para las tareas de forestación se debió superar un suelo pedregoso y árido y un clima continental seco (desértico) con grandes diferencias entre invierno y verano. Estas condiciones llevaron a los primeros fracasos: las plantas, colocadas inicialmente sucumbieron ante las condiciones adversas. El riego se debía realizar, a falta de mejores posibilidades, en agua transportada en carros municipales tirados a caballo, y regar cada planta con balde.

La construcción del Parque desata una polémica entre oficialistas y opositores. El gobierno sostiene que el objeto era subsanar las deficiencias sanitarias de ese momento (el efecto logrado fue la purificación atmosférica varios años más tarde), La oposición afirmaba en cambio, que semejante proyecto respondía a fines elitistas y que con una inversión menor se podían solucionar problemas sanitarios más importantes (cloacas, agua potable, acequias).

Las primeras realizaciones fueron el torreón modelo para la cárcel, pabellones del ex Hospital Emilio Civit, terrenos fiscales para el Ejército (101 ha. cedidas a la Nación) y el Tiro Federal (inaugurado en 1897).

En 1899, se instala la primera institución del parque, y es la Escuela Nacional de Vitivinicultura, hoy Liceo Militar General Espejo.

En el año 1900, durante el gobierno de Jacinto Alvarez, se realizan en forma simultánea los bosquecillos, viveros, armado del Zoológico (ubicado en el sector del actual teatro Pulgarcito), y un sector de árboles frutales para obtener recursos para su autosustento.

En 1906, durante el gobierno de Emilio Civit, se introducen reformas en los planos originales del lago artificial; se instala una vía férrea con el fin de sacar la tierra para hacer el lago artificial, y posteriormente se lo recicla para hacer paseos con gente.

En 1897, se da la concesión al Club Rivadavia, y en 1898 al Club Mendoza de Regatas. Por problemas económicos las obras se paralizan hasta la llegada del nuevo siglo. En 1910 el parque se extiende hacia el Oeste, abarcando el Cerro del Pilar, hoy Cerro de La Gloria.

Los portones del sultán rojo.

En 1908 se colocaron los portones en el ingreso al parque. De acuerdo con la información de Los Andes en aquellos años, era costumbre mantenerlos cerrados, dajando únicamente una entrada lateral para el ingreso y egreso de los carrujes.
Y se destacaba que los portones principales solamente se abren para el coche del gobernador en ocaciones especiales.
Originalmente, estos portones no tenían el escudo y el cóndor, sino una corona imperial y la media luna del Islam. Ello se debe a que habían sido construidos en Inglaterra para un sultán turco, Abdul Hamid III, conocido como el Sultán Rojo.
Obligado a abdicar a causa de la Revolución de los jóvenes turcos antes de que le enviaran los portones desde Inglaterra, quedaron depositados en la fábrica hasta que finalmente fueron adquiridos por el gobierno de Mendoza.


Fuente: http://www.mendozacuyo.com.ar/parque003.html